“Esteban” es un personaje producto de la imaginación del autor. Cualquier
parecido con la realidad créanme que es pura coincidencia. @Futbolsocial no se hace responsable por la
sensación causada en el lector después de leer esto –tienen vía libre para
culparme sólo a mí-. Sobra decirles que estoy relatando en tercera persona.
Un día antes del
“Clásico”
¡Mañana es el
mejor partido del año!! Que digo del
año, ¡del siglo! Gracias Dios por crear tan maravilloso deporte, por hacerme hincha de tan grandioso equipo (nótese el sentido de pertenencia) nadie me quita del televisor mañana a la 1
Pm, ¡nadie! Eres grande Mou, pero no más grande que el equipo que diriges, sé
que conseguirás al menos dos títulos este año, ¡sos grande! –Por lo menos
ya posee más de dos nacionalidades en este lapsus de tiempo, español y argentino-. Esos “Culés” no van a ver el balón mañana
en su “campo nuevo” y den por perdida la liga, la champions, ¡todo! Este año es
del Madrid.
¡HALA MADRID! -no recuerda exactamente que significa
pero igual lo grita-, volveré de color
merengue el TimeLine de mis seguidores en Twitter (creen que ese partido es
el centro del mundo, y al ver que sus periodistas favoritos están expectantes
también, se sienten grandiosos). Mira
mamá, Marito Kempes le dio RT a mi Tweet. Sí madre, el jugador de Argentina, tú
eres vieja lo debes recordar, ¿cierto? -ni a su madre respeta- ¡Hoy
es el mejor día de mi vida!, ah no, mentiras. ¡Mañana es el mejor día de mi
vida!
Esa noche, Esteban durmió muy
contento, soñó que había hablado con “Mou” antes del partido y él había sido el
primero en escuchar el once inicial (algo sin precedentes para estos hinchas,
sentirse el número 1)
El día del
“clásico”
Suena el teléfono*
¿buenos días? –hola Esteban, ¿como
estas? Bueno espero que muy bien, seré concisa, tienes una hora para
presentarte en la oficina, tenemos inventario y es obligatorio que estés-
¡¡NOOOOO!! No me haga esto jefa, llevo un año entero esperando este partido, ¡necesito
verlo!- cuelgan el teléfono sin dar alguna explicación- *
¿Qué hago?
Necesito ver ese partido, me desocuparé rápido y me inventaré cualquier excusa
para salir temprano, acá pocos conocen mi gran devoción por mi equipo –pobre iluso, todo el mundo sabía su
problema de fanatismo- así que actuaré
normal, leeré twitter para informarme de lo que pasa –grave error, ya que
por este medio dicen las horas que restan como lo hacen cuando el año va a
terminar, su impaciencia y desespero aumentará-.
Ya no aguanto esta cuenta regresiva, guardaré
el celular y me enfocaré en terminar rápido esto, no puedo perderme ese
partido, ¡es tu fin Barcelona! –Si desea imagine una leve risa malévola y demente, puede funcionar para
imaginar la situación- hoy Cristiano hará
dos goles y Pepe no dejará en paz al “enano” ese, ¡eres grande! ¡Somos grandes!
¡HALA MADRID!... pero, yo estoy acá encerrado en este inventario y no veo la
hora de terminar, no sé que hacer tío, ¡joder! –Identidad totalmente
perdida, momento cumbre donde su nacionalidad española sale a flote-
Ya sólo falta
media hora para que comience, lo pondré acá en la oficina, tiene que servir.
Hablaré con todos estos “culés” y los convenceré de ver el partido. ¡Al diablo
el inventario! Bueno, no quiero problemas con mi jefa, mejor termino el último conteo y me dedico solamente a ver el partido. ¡Qué inteligente
soy, lo lograré!
Esteban no contaba con que el internet de su empresa tenía demasiadas
restricciones, ¡claro! ¿Qué persona con la razón totalmente perdida puede
pensar dos segundos y darse cuenta que está en una empresa?
Al final Esteban no pudo ver el
partido, además perdió el trabajo, ya que su desespero lo llevo a gritarle a
todo el personal “los culés iban a quedar en vergüenza hoy” –y fue así, para
fortuna de él- “esto no sirve de nada, el Clásico es mucho más importante” lo
que tuvo como consecuencia su despido y una pregunta al aire ¿valió la pena?
–Sí, claro que sí, los culés perdieron no pudieron con nosotros, ¡HALA MADRID!,
diría Esteban o alguno de ustedes iguales a él-
El fanatismo es más grave de lo que parece. Ustedes pensarán: “pero esto
no le hace daño a nadie” “un problema real son los desadaptados que matan y
destruyen por un equipo” “en Colombia no hay nada bueno, ¿voy a volverme hincha
del Itagüí?” y tal vez tengan razón, pero entonces ustedes viven el fútbol de
una forma diferente, no hay nada más placentero que gritar: “oye arbitro hijode”…
en un estadio lleno, o ver como entra un golazo de tiro libre en semifinales y
abrazarse con el que está al lado –intenten ubicarse siempre cerca de una
mujer, no querrán que los miren raro – Formas diferentes de ver las cosas, para
gustos los colores como dicen los mas sabios maestros urbanos del sur.
Disfrutar lo que se puede ver en vivo y en directo, eso si es pasión.
Sentir admiración por alguno que otro equipo, pero sin llegar al punto de
parecer un lunático. Y lo más importante en estos momentos, analizar a los “Estebanes” que se desviven por equipos que
tal vez nunca verán y así entregar cada semana los resultados de dicho análisis
escribiendo algo nuevo.
Esperen la versión “barcelonistica farandulera” de este clásico (para mi
y para muchos el Barca solo es una moda) relatando la historia de Marianita, la
niña de 15 añitos hincha del Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario