Ustedes haciéndome famoso

lunes, 9 de abril de 2012

Cuando tu novia es hincha de otro equipo

Llega el fin de semana con el siempre vivo y apasionante futbol colombiano, lleno de grandes narradores y comentaristas que creen que aún viven en la época del transistor y te detallan en su relato hasta el más mínimo detalle de lo que acontece en el terreno de juego –si la ironía no es lo suyo, le aconsejo no siga leyendo- y sin contar la seguidilla de comerciales de motos y repuestos que en tu vida usaras. ¿Qué tal mi nueva introducción? ¿Los atrapé cierto? ¿Siguen preguntándose por qué me gusta tanto el FPC? Es sencillo, no cambio la pasión de vivir de cerca un futbol “normal” como el nuestro por estar tras un televisor viendo ligas maravillosas, eso como principal razón y también la variedad de culturas, costumbres, gustos, colores que puede traer una, vuelvo y repito liga “normal”.  

De esa gran variedad de nuestro país les vengo a hablar hoy, lastimosamente me he dado cuenta tarde que no somos solo dos razas –mi abuelo decía que de Monteria hacia abajo, todos eran cachacos, y yo le creí- también existen los santandereanos, caleños, paisas, boyacos y muchas mas razas que están unidas en un mismo país pero divididas así mismo, por mas de 20 equipos de futbol y resentimientos sin ningún tipo de explicación (algo perfectamente normal en todos los países). La variedad y lo divertido de todo esto comienza cuando ocurren las migraciones y terminas en romance con una persona que detesta y repudia a tu equipo del alma –eso es el acabose, pensará alguno de ustedes- ¿Rolongo tiene novia? ¡No puede ser! -yo como siempre pensando que mujeres me leen y exclamaron lo anterior a los 4 vientos, algo iluso ¡lo se!- ¿Creen que tener una novia de otro equipo es malo? –Dije una novia que apoye otros colores, en ningún momento he dicho que se consigan una novia que algunos años atrás pudo ser “novio” ¡cuidado!-  no es para nada malo, todo lo contrario es muy bueno, siempre y cuando usted haga parte del rango social “Colombiano promedio”. Si le está pasando esto ¡coronó papá! Vaya báñese, alégrese y siga si quiere estos mini “tips” que he preparado para usted ¡mi hermanazo!

¡No te vistas que no vas!: “si no te gusta mi equipo, ¿qué vas a hacer acompañándome al estadio? ¿Para burlarte? No señorita quédese en la casa” es la excusa perfecta cuando nuestro bolsillo no pueda aguantar el peso de dos entradas al estadio en una tribuna buena (no la vas a meter en popular), gaseosas, cerveza y todo lo que se le antoje. No le gusta nuestro equipo, no tiene nada que hacer acompañándonos.

Primero fue sábado que domingo: frase contundente que se usa cuando la susodicha quiere armar una tormenta en un vaso de agua, porque preferimos ir a alentar nuestro equipo antes que quedarnos con ella –recuerde, solo aplica para “colombianos promedios” e hinchas de corazón-.

Si tú eres de la tierra de los pollos y le haces porra a los patos: en el caso de una disputa (lo cual en este tipo de relaciones es muy habitual) aplique esta frase, “debería darte vergüenza, quiere tu tierra, apoya lo tuyo” esa oración es tu principal arma. Si el resultado no fue el esperado y la discusión de equipos y colores se pone tensa, nos queda un ultimo recurso “así pierda todos los domingos, yo apoyo el equipo de mi tierra” –obviamente en el caso de que la niña sea rola y su equipo sea el pasto, algo inaudito, ¡lo sé!- puede causarle sentido de pertenencia o volver la situación mas interesante.  


Nada más que decir, disfruten el siempre apasionante futbol colombiano, ya sea con mute o con las incoherencias y “colombianadas” habituales, sólo espero que tengan presente que en ningún otro país tiene tantas particularidades como el nuestro, “aquí el futbol se baila” recuerden –ni crean que esa cuña está pagada-.

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