Ustedes haciéndome famoso

lunes, 18 de julio de 2011

Mi Abuela perdió la sazón


En la costa caribe colombiana es prácticamente “normal” vivir en la misma casa donde está tu abuela, ya sea materna o paterna, pero van pasando los años es casi inevitable pensar “ya mi abuelita no cocina como antes, ¿Qué pasará?”

Hace ya 2 años empezó la odisea, esas saragosas (frijoles rojos por si eres del interior y quedaste azul al leer ese nombre) que tanto disfrutaba cualquier día después de 5 de la tarde ya no saben igual, ¿será que se le olvidara ponerle “ricostilla” cuando las cocina? ¿Será que mi abuelita siente celos de la “chachi” por eso ya no cocina igual? ¿La vida la está castigando por acciones de su pasado? Pues si es la tercera opción, te lo imploro Dios, devuélvele la sazón porque los que estamos perdiendo somos sus nietos y el mundo del buen gusto.

Los años no llegan solos y la vieja “luchi” como le digo cariñosamente tiene como actividad principal estar durmiendo, así sea que el plan principal no haya sido ese, ya que siempre la encuentro con el control remoto, el crucigramas o el periódico, dependiendo de la situación, del lugar y de la hora del día. Pero  en casa pensamos que todo esta igual, que nada ha cambiado hasta que llega el momento de la comida donde  es obvia la diferencia con respecto a dos o tres años atrás y caemos en cuenta que algo esta pasando.

Mi querida madre decidió contratar una “chachi” se llama  Claudia muy querida ella, a todos nos ayuda, cocina delicioso cuida a mis sobrinas (soy muy mal tío lo acepto) y es la compañía diaria de la viejita, donde también he caído yo porque como estoy de vacaciones, tiempo libre es mi segundo nombre y me acostumbre a disfrutar el tiempo en casa. No se hasta cuando estará la vieja “luchi” con nosotros y quiero aprovechar todo el  tiempo que me sea posible con ella, acompañarla a hacer la compra, al medico, escuchar sus gritos enérgicos, verla hacerle las tareas a mi sobrinita y recordar cuando me las hacia a mi, y no es por vago, es porque todavía no conozco el primer niño de 3 años capaz de buscar en revistas, leerlas, recortar lo que piden y pegarlas en el cuaderno para obtener caritas felices (si gobierno me estoy quejando de tu sistema de educación pero no me desviaré de tema esta vez), probar su comida que puntualmente tengo gracias a ella aunque no sea la misma (recuerde el titulo de este post).

Quise hacerle un mini homenaje plasmando en estas palabras, tal vez no tan graciosas como las anteriores, pero reales y donde dejo claro que ella es la persona que más he querido y que más querré en mi vida, prueba de eso son las pocas pero sensibles lágrimas que desprendo. Me volví a desviar del tema principal  pero no importa porque todo lo que soy y lo que voy a ser en un futuro que ya no se ve tan lejano será gracias a ti vieja Luchi. 

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