Ustedes haciéndome famoso

sábado, 23 de julio de 2011

No se quede callado, quéjese!!!



Yo me quejo, tu te quejas, vosotros os quejáis, este es un raro y tercermundista verbo (en Europa nadie se queja) que usamos frecuentemente al recibir un “premio” que nos tenia contentos en todo el camino hacia el lugar de entrega, y que al tenerlo en las manos o verlo de lejitos pensamos ¿Qué es esa vaina? ¿Para eso me pegue el viajecito?

¿Y que hago con eso? ¿Lo boto? Eso fue lo primero que le dije (con sonrisa irónica y tono grosero) al encargado de los premios en la oficina de servicio al cliente en la flamante compañía (en realidad si lo es, no fui irónico esta vez). “eso ínflelo y de una queda listo” fue la respuesta sutil y grandiosa que me dio el joven, que por razones de educación no le recordé  a la mamita, la cual muy seguramente estaba lavando la ropa de su trabajador hijo en ese momento.

¿Que otra cosa se puede hacer en esos casos diferente al quejarse? ¿Conformarse e irse con un premio todo desinflado? (era un balón de fútbol, si todavía no lo han adivinado) pues no, toca quejarse, decir lo que uno siente, liberarse y sacar a relucir el inconformismo que se torna obvio al recibir semejante barbarie, “es que a caballo regalado no se le mira el diente” dijo mi hermana, tan bonita ella cierto, tan comprensiva ¡¡¡¿Regalado?!!! ¿Acaso no compraste un celularzote de más de medio millón de pesos? -Pues si Alejo, pero esta como bonito, tendrás para jugar en el parque y ya deja de quejarte, mira con imagen del  pibe y todo – cuando me dijo eso lo único que se me ocurrió fue reírme. En el fondo se que ella tiene razón, pero nos tienen malacostumbrados, desde pequeños nos inculcaron la filosofía de vida “al gratin todo es mejor” crecemos con ese pensamiento, pero al momento de aplicarlo nos estrellamos, ¿así no pasa con el Sisben? Eso dicen, en realidad no tengo les debo esa experiencia de vida.

El colombiano es “quejoso” por excelencia, a todo le saca problema o “peros”. Lo que compramos, lo que nos regalan, hasta lo que logras encontrarte por ahí en la calle; Si vas caminando con tu novia, o un amigo como prefieras, y encuentras en el piso un billete de 50 mil pesos, al instante pensamos ¿Por qué no fueron dos de 20 y uno de 10 para quedarme con 30 yo? Todo lo criticamos, de todo nos quejamos y como buen colombiano que soy eso fue lo que hice, quejarme, montársela (sinónimo de quejarse) a los empleados, llorar por el remedo de balón que me dieron de premio; hasta conseguir mi objetivo, el cual obviamente era molestarlos. Al salir de la oficina  dije: gracias muy amable, (no olvide colocar el tono irónico) la respuesta de toda la oficina fue un amplio y contundente silencio que interpreté como un “ya váyase con el cilindro que le dimos por balón perro…..” mas bien era la respuesta que me esperaba, y seguramente fue lo que pensaron los “abejas” de los empleados. – ¿Por qué les dice así? Agradece que te dieron el balón que ya hace dos semanas me lo gané— dijo mi hermana, pero al escuchar mi contundente y argumentada respuesta: “no hermana si vieras la cara que pusieron cuando dije que iba a reclamar el obsequio, casito  me niegan que habían balones en la bodega, y cuando salieron con ese mamarracho a mi me dio fue risa” – ah bueno, pero ya deja de quejarte – esas fueron sus ultimas palabras acerca del tema.

De vuelta a casa, en el Transmetro, de pie, mirando la perfección del mundo hecha mujer en frente mío (en serio estaba muy hermosa, debí haber hablado de ella mejor), visiblemente decepcionado, además con algo de pena ¿a usted no le daría pena ir con un balón desinflado por toda la ciudad? todos me miraban con intriga. Me imagino que se preguntaban lo mismo que yo ¿la plata de mi hermana no valió? ¿Ese es el supuesto balón que regalan por comprar productos de esa marca? ¿Qué pensara el pibe de ver su cara arrugada en esos balones cilíndricos? Son preguntas que raramente serán respondidas, debido a que somos “quejones” pero, también altamente conformistas, un ejemplo vivo de lo que acabo de decir es esta frase “deje así”, con eso matan cualquier posibilidad de por lo menos realizar un reclamo, así que solo queda resignarse y citar el famoso y conocido refrán “de quejarse solo queda el cansancio” ¿así es que dice cierto? bueno ustedes saben mas que yo, de igual manera en lo que a mi concierne esta fue la primera y ultima vez que reclamé un “obsequio” o “premio” que nuestro amigo el capitalista solo lanza para llenarnos de esperanzas y de esta manera nos ayuda a que  salgamos nosotros con “una colombianada mas”. 

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